miércoles, 23 de enero de 2019

Fobia impecable

Mientras me detesto,
 él sigue siendo impecable.

O quizás cuán más impecable me resulte,
más me odio por no alcanzarle.

Seré impecable también
veinte años más tarde,
o quizás con la muerte, la que me hará impecablemente muda,

imperceptiblemente inmóvil

impersonalmente transparente,
                       para su recuerdo
que recuerdo querer serle intensa y tensante,
pero esa intensidad
la quiebro, impecablemente
mediante mi ansiedad
simulada ser, mera vanidad.

Patetismo de sentir que 100pre voy a estar
para su ser impecable,
creyendo que
me enseña ser menos imperfecta
de mi pasado tan desperfecto
 del que siempre tengo que estar aprendiendo
y esa es una carga que imperiosamente me persigna

es castigo también que se aleje,
y es aceptable... porque ha de elegir siempre lo impecable.

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