lunes, 21 de julio de 2014

Aprender.

Aprendí que la simpleza es mejor, a pesar de que pueda sentir mucha curiosidad y quiera abarcar muchas cosas interesantes.
Nuestro trabajo quedó espléndido, "como Alemania" nos dijeron.
Y eso que yo lo seguiría corrigiendo.

Menos mal que esas chicas me hicieron caso omiso cuando yo quería indagar por más profundos espacios. Era un trabajo, nada más.

También noté que soy muy dispersa, y escribo muchos fragmentos, textos cortos. Pero los reviso, los reescribo y revivo infinidades de veces. Bueno, al menos hasta que yo viva y tenga esa energía.

Lamento que no existiera este tipo de tecnologías cuando yo era menor. La Internet llego a mi de manera lenta, cuando tenía 12 años. La velocidad de los bytes aún aumenta y a darle usos, sigo aprendiendo.


Unas semanas después continué aprendiendo.
Por no seguir mi curiosidad el trabajo fue una ''cagada'' pero, ¡Ay de esas chicas! Si supieran que todo se debió a la invisibilidad de mi belleza y de la particularidad de mi sensibilidad. Aquello fue motivo suficiente para que una persona pudiera persuadir a la jefa de cátedra y dos evaluadores que vuestro trabajo merecía 10. ¡Un 10! Lo lamento por lo chicos que hicieron un excelente trabajo y le pusieron un ocho o un siete, no recuerdo su número.
Continuo con mi idea, yo no me fió mucho en los promedios.

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